Autorretrato ético

por Juan Kruz Lakasta - Miércoles, 20 de Abril de 2011 - Diario de Noticias

El lunes, la candidata de UPN a la presidencia de Navarra, Yolanda Barcina, presentó un flamante decálogo de compromisos para el "gobierno ético", del que destaco tres puntos especialmente llamativos:

1. "Los programas que orientan la educación de los niños o de los jóvenes no pueden depender de la ideología del partido gobernante".
2. "Gobernar hoy es estar en permanente contacto y cercanía con los ciudadanos con el fin de oír lo que ellos dicen y solicitan; tomar decisiones basadas en sus necesidades y preferencias".
3. "No se trata de gobernar para un conjunto de afiliados, ni para un colectivo de votantes, sino para todos".

El decálogo de compromisos quedó divino en el acto preelectoral. Una pena que ayer, a escasas 24 horas de su presentación, el concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona y mano derecha de Barcina, José Iribas, los dejase hechos un asco, ciscándose en ellos mediante de una deposición de calibre grueso. Preguntado por el escaso número de plazas en euskera ofertadas por las Escuelas Infantiles Municipales, respondió que "UPN apuesta decididamente por el inglés". O lo que es lo mismo, impone en la educación de 0 a 3 años su ideología, la del partido gobernante. Además, ni hace nada por oír lo que dice la ciudadanía, ni actúa según sus necesidades y preferencias. El formulario de preinscripción no pregunta por el modelo lingüístico preferido. Aún así, los números dejan meridianamente clara su cerrazón: las Escuelas Infantiles Municipales ofertan el 52% de sus plazas en castellano, el 34% en inglés y tan sólo el 14% en euskera. En Educación Primaria, donde sí se puede elegir el modelo lingüístico, el modelo D ronda el 30%. Por cierto, un modelo D premiado, tanto en la rama pública como en la privada, por sus avanzados programas de integración del inglés. Por otro lado, desde el Ayuntamiento afirman conocer que los progenitores eligen centro "fundamentalmente en función de criterios de proximidad". A pesar de lo cual -o precisamente por eso- mantienen las dos únicas escuelas infantiles con plazas en euskera en el mismo barrio, la Chantrea. Eso, evidentemente, no es gobernar para todos sino gobernar en contra de un tercio de la población. Lo cual resulta éticamente lamentable, como bien denuncia la propia UPN, autorretratándose con su decálogo de compromisos para un gobierno ético.